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Walter benjamin nació en Berlín el 15 de julio de 1892. Era hijo de Emil benjamin y Pauline Schoenflies., a la que nombraría como Paula. Sus dos hermanos se llamaban Georg benjamin (1895-1943) y Dora Benjamin (1901-1946). Como banquero primero - en París - y luego como coleccionista de arte - en Berlín - Emil benjamin pudo inicialmente proporcionar a su familia un buen pasar, educación, viajes, lo típico de la época en familias burguesas, judías, de la "mitteleuropa" de las grandes ciudades.
Señala Gershom Sholem (2003) en relación con la personalidad de Benjamin:
"Cuando uno lo veía por primera vez, benjamin producía una fuerte impresión. Era sumamente amable; cuando hable de él, no puedo dejar de destacar su cortesía china con las personas. Sin embargo, había al mismo tiempo en él un fuerte recato que se disolvía muy lentamente con el contacto con los otros. Se mostraba muy susceptible y desconfiado si uno le hacía una pregunta de carácter personal" (Gershom Scholem, Walter benjamin, y su ángel, 2003)
Como expresa Susan Buck -Morss
(Dialéctica de la Mirada, Visor, Madrid, 1995)
"A fines de la década de 1920, durante los años en que formulaba los temas de "La obra de los pasajes" benjamin vivía de manera errática, viajando por Europa. Volvió a Nápoles vía España) en septiembre de 1925. En noviembre de ese año visitó a Asja Lacis en Riga, donde ella dirigía (ilegalmente) teatro combatiente. A comienzos de 1926 ya estaba Benjamin de vuelta en Berlín; en la primavera viajó a París, donde vio a Ernst Bloch casi todas las tardes, durante medio año de “verdadera simbiosis”. El otoño lo encontró de nuevo en Berlín, a fin de año (como dijimos) viajó a Moscú para ver a Lacis. La primavera y el verano siguientes (abril-octubre de 1927) volvió a París. Allí vio a Scholem (que estaba comenzando a investigar al Sabbatianismo como movimiento cabalístico), y descubrió que ' su algunas veces algo ostentosa seguridad' era difícil de soportar". Sin embargo no desalentó los esfuerzos de Scholem por asegurarle un puesto académico permanente en Jerusalém. En noviembre benjamin estaba de vuelta en Berlín. En la primavera de 1928 consideró seriamente la posibilidad de ir a Jerusalem. En el verano se separó de Dora, su esposa; su lento y doloroso divorcio se prolongó durante un año. Ese invierno vivió durante dos meses con Asja Lacis, que había venido a Berlín en noviembre a trabajar en el departamento de cine de la Misión Económica Soviética. A través de ella pasó a formar parte del círculo izquierdista de teatro de Berlín, y allí conoció y trabó amistad con Bertold Brecht.
Dicha amistad - cuestionada por el círculo de allegados del Instituto de Investigación Social nacido en Frankfurt, acercó a benjamin más al marxismo al que dio - como era su visión de mundo - un especial tinte mesiánico.
En general no se suele hablar demasiado en torno a los trabajos cotidianos que permitían subsistir a Walter benjamin. Dos son especialmente recordados por Susan Buck-Morss: los artículos que semanalmente publicaba en la revista literaria Literaturische Welt entre 1926 y 1929 así como otros en el Frankfurter Zeitung. Y los 84 programas escritos y conducidos por Walter benjamin para radios de Berlín y Frankfurt entre 1927 y 1933.Eran relatos para audiencia juvenil con estilo pedagógico y actitud de crítica social. Reminiscencias brechtianas y también del teatro infantil creado por Asja Lacis estaban allí presentes.
Los años 30 marcaron un hito trágico: con el ascenso de Hitler al gobierno en 1933 la única posibilidad para intelectuales, judíos y de izquierda era el exilio. Así lo hicieron Herbert Marcuse, Theodor Adorno, Max Horkheimer quienes luego de estar en ciudades europeas como París finalmente se establecieron en los Estados Unidos acogidos por la Universidad de Columbia. En 1933 precisamente benjamin se exilió en París ,pero no aceptó la invitación de ir a los Estados Unidos. En 1934 visitó a Brecht en Dinamarca, luego estuvo en Italia. Ese mismo año envió para su publicación en la Revista de Investigación Social (Zeitschrift für Sozialforschung) uno de sus ensayos más conocidos "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica". Durante el tiempo de su estancia en París benjamin conoció la escasez económica, el rechazo a sus publicaciones, la vida hostil así como puso de manifiesto una visión especial de la ciudad burguesa.
A pesar de la lejanía existió una importante correspondencia entre Walter Benjamin y T.Adorno con quien se encontró en Italia, en San Remo en 1938. Así también con las ideas del Instituto de Investigación Social en el exilio. En 1939 se publicó en la Revista de Investigación Social el magnífico Ensayo "Sobre algunos temas en Baudelaire". Pero quizás la obra parisina más importante sea aquella inconclusa passagen- Werk (Libro de los Pasajes) donde pintó de modo singular rasgos de la vida capitalista contemporánea. Después de mucho indagar y nuevamente en la necesidad de huir, dejó a Bataille los manuscritos en la Biblioteca Nacional de París.
Diferentes relatos cuentan las vicisitudes de los últimos tiempos de benjamin. Max Horkheimer le había conseguido una visa para poder viajar a los Estados Unidos, seguía tentado por su amigo Scholem para ir a Palestina. Lo cierto es que, con la guía de Lisa Fitko ,una berlinesa que lo condujo desde Marsella -y que quedó como testimonio de lo ocurrido-, atravesó los Pirineos desde Francia en dirección a España y en el pequeño pueblo marítimo de Port Bou, en la frontera, ante la inminencia nazi en el lugar y con una profunda depresión, se quitó la vida con morfina en la noche siguiente a su llegada el 26 de septiembre de 1940.
Diez años después se inició lentamente la recuperación de la obra e ideas de Walter benjamin. Sin embargo pasó mucho tiempo antes de que fuera reconocido como uno de los pensadores más originales e importantes del siglo XX. Su enorme capacidad para advertir con clarividencia los caminos que llevarían a la Modernidad a su crisis terminal despertó sentimientos a veces contradictorios. Quebraba y ponía en jaque la razón misma de esa Modernidad incluso en sus aspectos más consagrados como el filosófico. Al pensar benjamin en una filosofía narrada y en fragmentos, al darle especial valor a la alegoría, al advertir que hasta el más mínimo detalle de realidad contemplada puede contrapesar un mundo... cuestionaba no sólo el razonar legitimado sino sus metáforas. Ponía en la mira representaciones e imaginarios convalidados no sólo en los ámbitos políticos sino, principalmente en la vida académica. Incluso es posible hablar de una nueva pedagogía benjaminiana y de una filosofía que se centra en el "pensar poético" donde las nociones convocan a ser visualizadas y reflexionadas al mismo tiempo.
De ahí que en las áreas universitarias de Humanidades y muy especialmente en las carreras de Comunicación , Letras, Artes la figura de Walter benjamin sea considerada fundadora del campo. Baste analizar artículos como "Pequeña historia de la fotografía" o "Ángelus Novus" para reconocer el carácter inaugural de sus metáforas.
Por estos motivos nos enorgullece haber puesto el nombre y testimoniar la obra de Walter Benjamin en nuestra Fundación.
Dra. Alicia Entel
Algunas obras de Walter Benjamin